Se atribuye a la cantante y compositora chilena Violeta Parra el verso que dice: “Discreto, sobrio y sencillo, son joyas resplandecientes, con las que el hombre que es hombre, se luce decentemente”. Ciertamente, la discreción, la sobriedad y la sencillez, son las características naturales que determinan y acompañan como adorno necesario a la decencia y el decoro en cualquier ser humano. Con mayor razón si es un creyente, seguidor de Jesucristo, tal vez el hombre más ejemplar en éste y en todos los aspectos que ha conocido la historia humana. Porque únicamente así se puede estar a prudente distancia de los excesos en cualquier dirección, tales como las molestas, indiscretas e inoportunas intromisiones en asuntos que no son de nuestra incumbencia, por un lado; o la absoluta indiferencia e insolidaridad que caracteriza el individualismo egocéntrico, por el otro. O la ostentación exhibicionista y fastidiosa de una presunta virtud superior, por una parte, y la desvergonzada conducta disoluta y relajada, por la otra. O finalmente, lo desagradablemente complejo, adornado y recargado, en un extremo; por contraste con la superficialidad plana, vana y simplista, en el otro. Así, pues, la libertad de examen y de conciencia ejercida por el cristiano debe pasar siempre por la discreción, la sobriedad y la sencillez; obligaciones que la fe impone al creyente para poder actuar con la decencia mencionada por el apóstol cuando nos invita a vivir de esta recomendable manera: “Vivamos decentemente, como a la luz del día, no en orgías y borracheras, ni en inmoralidad sexual y libertinaje, ni en disensiones y envidias” (Romanos 13:13)
Decentemente, como a la luz del día
8 meses ago
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“La discreción, la sobriedad y la sencillez son obligaciones que la fe le impone al creyente si de vivir decentemente se trata”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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