Si bien es cierto que por mucho que nos esmeremos y trabajemos para llegar a comprender los contenidos de nuestra fe, siempre habrá aspectos que nos exceden y deben permanecer por necesidad en el misterio, pues de otro modo la fe no sería fe; también lo es que esto no debe obrar en perjuicio de nuestro decidido empeño en leer y estudiar la Biblia con regularidad, avidez y deleite, a la manera del profeta: “Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor Dios Todopoderoso” (Jeremías 15:16), pues en ella se halla la revelación de Dios a los hombres que saca a la luz muchos de los aspectos ocultos y misteriosos de Su Ser y de Sus propósitos para Su creación, con la humanidad a la cabeza de ella, de modo que podamos conocerlos, comprenderlos y vivir en conformidad con ellos. La fe implica una satisfactoria y creciente comprensión de lo que creemos en relación con Dios con miras, entre otros, a una correcta y racionalmente convincente exposición de estos contenidos ante todo el que inquiera por ellos, de modo que podamos confiar en Dios a pesar de los aspectos misteriosos e incomprensibles asociados a Él que nunca llegaremos a entender y mucho menos a poder explicar cabalmente. Después de todo, esto es lo que Dios nos invita a hacer en el marco de la relación que los creyentes sostenemos con Él, por intermedio del ya citado profeta Jeremías y su buen ejemplo al respecto: “‘Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.’” (Jeremías 33:3)
Cosas grandes y ocultas
17 octubre, 2021
2 Lectura mínima
“La disciplina y dedicación que la lectura de la Biblia demanda se ve premiada de sobra con su fascinante y grandiosa profundidad”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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