En la Biblia el verbo “creer” no sólo indica asentimiento intelectual a una información dada, sino confianza sin reservas en la persona que nos brinda esta información. Esto es lo que distingue a la verdadera fe bíblica de otras concepciones falsas mucho más pobres y equivocadas de la fe que, lamentablemente, han hecho presa de amplios sectores de la iglesia actual, cuya fe no pasa de ser meramente intelectual y nada más. Los creyentes auténticos son, entonces, los que colocan su confianza y apuestan su vida sin reservas a Dios en la persona de Jesucristo porque, para todos los efectos, lo consideran Alguien eminentemente digno de nuestra absoluta confianza. Pero la fe entendida como confianza también tiene que ver con la que Dios deposita en el creyente, confiándole un papel y una responsabilidad que cumplir en la realización de sus propósitos en el mundo, de tal manera que hasta cierto punto, el éxito en alcanzar estos propósitos recaiga en alguna medida sobre nosotros, de modo que podamos compartir la satisfacción de haber contribuido de alguna manera a la Causa de Dios como confiables, dóciles y capacitados colaboradores a Su servicio, a semejanza de lo hecho por Moisés que, gracias a su compromiso y madurez en la fe, pudo ser elogiado por el mismo Dios con estas palabras: “Pero esto no ocurre así con mi siervo Moisés, porque en toda mi casa él es mi hombre de confianza” (Números 12:7). Elogio que debemos procurar hacer nuestro también mediante un desempeño responsable de todo lo que Dios en su gracia nos ha confiado
Confiables para Dios
26 noviembre, 2020
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“La fe en Dios implica confianza. Pero no sólo la que el creyente coloca en Dios, sino también la que Dios coloca en el creyente”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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