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Balanceando las cargas

“Cuando nos sobrecargamos con las cargas de los demás no ayudamos realmente y descuidamos de paso nuestra propia responsabilidad”

Balancear nuestras responsabilidades individuales y las comunitarias no es siempre fácil de lograr. El individualismo, por una parte, se ocupa principal y casi exclusivamente de las responsabilidades estrictamente personales desentendiéndose por completo, en una actitud egoísta, de las necesidades de los demás. Pero el altruismo puede llegar a ocuparse tanto de ayudar a los demás en sus necesidades particulares que, aún con la mejor intención, puede terminar descuidando de manera culpable las responsabilidades propias en el proceso. Con el agravante de que en estos casos y aún en perjuicio propio, ni siquiera estamos ayudando como corresponde a nuestro prójimo, pues lo correcto aquí es ayudar a los demás a llevar sus cargas, pero no tanto como para eximirlos de las responsabilidades que, de cualquier modo, únicamente ellos deben asumir. Es por eso que el asistencialismo, esa actitud política orientada a resolver problemas sociales a partir de una asistencia externa inmediata sin preocuparse por generar soluciones estructurales de largo plazo, termina siendo a la postre contraproducente para todos si se extiende más allá de la urgencia del momento. Haríamos, entonces, bien en considerar el balance provisto en la Biblia al respecto en la queja de la sunamita y en la instrucción paulina al respecto: “… Mis hermanos se enfadaron contra mí, y me obligaron a cuidar las viñas; ¡y mi propia viña descuidé!… Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo… Que cada uno cargue con su propia responsabilidad” (Cantares 1:6; Gálatas 6:2, 5)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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